Y aquí estoy, con la vista fija en el horizonte, contemplando las maravillas que Dios tiene, luego de tres años y medio de haber estado en la sima y rescatando los valores que en un tiempo se perdieron.
Hace poco más de tres años, el cardiólogo fue terminante en su sentencia, tres meses de vida si es que no abandonaba el ritmo de vida que llevaba en ese entonces, que era un apego desmedido en el trabajo, como si en ello me fuera la vida.
Tanto, que eso dio al traste con la familia, quienes cansados de la poca atención que recibían, finalmente decidieron concederme la libertad plena, y optar por el retiro, un hecho que con todo y la pena que significó me devolvió la lucidez.
Si hasta parece que lo revivo, un disgusto, una maleta hecha y el adiós que a la postre resultó definitivo, pero que aun me queda el recurso de echar mano de los recuerdos, ese paríso que permite, revivir lo muchos momentos gratos de mi vida.
Clara la vida, resulta mucho para mi, porque ha sido pródiga en bendiciones y en mis ojos, impregnados están los suyos, de color gris, los que me hicieron enamorarme de ella y que lamentablemente, ninguno de nuestros dos luceros heredó.
Franca sonrisa, aun pervive en mi recuerdo y el sonido de su risa, lo tengo presente, cual trino del cenzontle en la mañana, que pregona la frescura de la brisa y anuncia el erguimiento del sol.
Como Clara, nadie, aunque en este tiempo han surgido ilusiones, algunas de ellas espejismos puros, que aparecen en mi vida para impulso y me ayudan a seguir en el trajín, avanzando y cabalgando en la llanura, que en breve me dará hermosa rima.
María fue la ilusión postrera, un castillo levantado en la arena, espejismo que en desierto apareció y que un momento pareció el oasis, pero, una niña era en busca de su padre y por ello el encanto se quebró.
Aun con todo en mi pecho aqui la guardo, bendiciendo el momento en que llegó y que dio a mi vida un derrotero, y que hizo renacer lo que ya muerto, se encontraba en mi pecho sin aliento y que yergue ahora con certeza, de los planes del eterno, bellos son.
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